El debate entre las opciones locales o en la nube se ha intensificado con el aumento del volumen y la complejidad de los datos.
En un nivel básico, la diferencia entre ambas es fácil de entender: los sistemas locales son aquellos en los que los datos y las aplicaciones permanecen dentro de los servidores y la infraestructura de la empresa. Por el contrario, en los sistemas en la nube, los datos se guardan en servidores propiedad de terceros y gestionados por ellos, y se accede a ellos a través de internet. La importancia de los sistemas en la nube se hace evidente cuando se tiene en cuenta que AWS (Amazon Web Services) es su principal impulsor y beneficiario, con más de 107 000 millones de dólares en ingresos en 2024 y 39 000 millones de dólares en beneficios de explotación.
Desde siempre, las empresas utilizaban micro PLC (controladores lógicos programables) para el control local y la gestión de datos, conectados en red a SCADA (control de supervisión y adquisición de datos) o DCS (sistemas de control distribuido). Esta configuración proporciona gestión de datos integrada, almacenamiento localizado y funciones básicas para optimizar los procesos, por ejemplo, la temperatura y los caudales.
Desde la llegada de la Industria 4.0, la digitalización de esta infraestructura ha sido imparable. Para facilitar la transición desde los sistemas locales tradicionales, muchas empresas están incorporando la tecnología de pasarela periférica en los PLC.
Seguridad y control: esta es probablemente las dos razones principales por la que algunas empresas eligen soluciones locales. Dado que los datos permanecen en su centro, se percibe una ventaja en materia de seguridad, especialmente en lo que se refiere a la propiedad intelectual y las posibles brechas de datos. Especialmente cuando las estrictas normas corporativas limitan las conexiones externas.
Integración: los sistemas locales suelen integrarse más fácilmente con otros sistemas locales, como OSI Pi o DCS.
Estructura de costes: aunque es necesario invertir un capital considerable al principio para crear la infraestructura, no hay cuotas de suscripción recurrentes.
Inconvenientes: un gran factor negativo de las soluciones locales es el tiempo que se tarda en implementar con éxito el sistema. También es probable que los costes de explotación sean más elevados, ya que se necesita mantenimiento continuo y personal local especializado para instalar actualizaciones y parches de software. Decidir la escala adecuada para el sistema también puede ser un problema, ya que los sistemas suelen ser demasiado grandes, lo que genera costes innecesarios.
Velocidad y escalabilidad: los sistemas en la nube tienen una clara ventaja en cuanto a la implementación, que es mucho más rápida. Además, son fáciles de ampliar o reducir para adaptarse a las necesidades.
Rentabilidad: otro factor clave para elegir los sistemas en la nube es su coste total. Aunque hay que pagar cuotas de suscripción, se compensan por el dinero ahorrado en gastos operativos, incluyendo los de mantenimiento.
Integración y agregación de datos: la nube facilita mucho la agregación de datos de varios sitios. Gracias a las tecnologías estandarizadas, como las API y el MQTT, resulta más fácil compartir datos de forma remota con otros sistemas cuando es necesario.
Inconvenientes: es fundamental disponer de una conexión a Internet fiable.
Cualquier preocupación sobre los datos en sí (como la propiedad intelectual y los datos de producción confidenciales), puede resolverse enviando solo lo necesario a la nube.
Del mismo modo, al utilizar un sistema independiente a través de 4G/LTE para acceder a los datos, se mantiene la integridad de los sistemas informáticos o DCS.
Un aspecto interesante de este debate son los puntos de vista de dos departamentos: el de TI (tecnología de la información) y el de TO (tecnología operativa). TI, que suele estar bajo el control de la empresa, pone mayor énfasis en la seguridad, las aprobaciones de software y la gobernanza. Mientras que TO, a menudo controlado por ingenieros de campo o equipos de mantenimiento, da prioridad al buen funcionamiento de la producción. Esta diversidad de opiniones puede provocar fricciones entre ambos departamentos, especialmente cuando se trata de introducir nuevas tecnologías.
La decisión sobre la gestión de datos siempre dependerá de las necesidades específicas de tu empresa, los fondos disponibles y los objetivos a largo plazo.
Lo que está claro es que, a medida que tu negocio evolucione, también lo harán tus necesidades de gestión de datos. Tanto si te decides por el método tradicional (local), por el moderno (en la nube) o por una solución híbrida, es importante mantenerse informado y ser flexible. Es fundamental conocer bien cada alternativa para elegir aquella que se adapte a la visión estratégica de tu empresa.